Te echo de menos, a veces. Y no quiero hacerlo
Es en esos momentos cuando conjuro tu imagen, tus últimas palabras y vuelve el invierno; como cartas sin abrir, a su legítimo remitente.
Te faltará mi música, esas melodías melancólicas que descubría para tí, que te procuraban paz en noches oscuras.
Ausencia sumida en el letargo. Monstruo que intenta devorarme despacio: piel, músculo, hueso, alma.
No me faltará nada tuyo. Conservo cada momento, palabra, mirada, risa y llanto. Los guardo en un rincón donde permanecerán quietos, callados.
No quiero echarte de menos.
Nada es tan frágil como el amor.
Lentamente, el olvido se adueña del corazón, la razón prevalece y tu existencia se vuelve difusa.
No voy a echarte de menos.
Descubriré otros ojos, otra sonrisa, otra vida.
Y ya no te echaré de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario