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Soy un gato, o más bien gata. Veo en la oscuridad y a través del alma. A ratos mi actividad es frenética y otros practico la total y más completa indolencia. Muerdo y araño si me siento atacada, así que si escuchas un bufido primero, mejor te apartas. Me convierto en una bola de pelo inofensiva si me tratas bien, respetas mi espacio y juegas conmigo. Observo a los humanos porque me divierten, son tan ingenuos pensando que dominan el mundo...

martes, noviembre 07, 2006

That's life

Siempre me gustó más Paul que John, Keith que Mick, Prince que Michael
Y, por encima de todos, Frank
He puesto un dvd en el ordenador. Buscaba una de sus canciones y en cambio ha aparecido un tema maldito: More than words. Qué jodida es la memória! Crees que has enviado algo al agujero negro del olvido y te lo retorna la resaca azul y blanca de las mareas.
Miro la fotografía que me resisto a borrar. Por qué no la hago desaparecer de mi móvil y al mismo tiempo de mi vida? Porque quiero que sea un recordatorio perenne de lo que no debo hacer nunca más.
Por supuesto, escucho la canción. Soy masoca y me flagelo con tiempos no tan lejanos. También guardo los mails, así como el recuerdo de algunos días felices, cuando quedaba un ápice de confianza en el corazón. Hoy ya no. Hoy todo pasa por el tamiz; las palabras, los gestos, las miradas y los silencios. Microscopio funcionando a tiempo completo.
Fue la gota que colmó el vaso. Pude olvidar historias peores, que las hubo. No con esta. Empezó mal. Acabó peor. Si pudiera atar todos los cabos... hay demasiados por qué sin contestar aún. Y la certeza de saber que nunca van a ser respondidos no ayuda en la transición de los estadios. Ya fueron la negación, la ira, la depresión y la tristeza. Solo queda la aceptación. Pero resistirse es inútil, todo sigue su compás.
Algún día se volverá compartimento estanco, sin filtraciones. Ese día volveré.
En "sus" palabras
I've been up and down
and over and out
and I know one thing:
Each time I find myself
flat on my face
I pick myself up
and get back in the race.

sábado, noviembre 04, 2006

Las líneas del pentagrama

"Ese es el poder de la música. Lleva hasta el estado mental del compositor. El oyente no tiene elección."

No sé en qué estaba pensando Nyman cuando compuso el “Memorial”, pero a mi me sirve cuando mi estado anímico es un torbellino. Quizá la repetición sistemática y calculada de los compases me tranquiliza. Estructurada, milimétrica. Un “crescendo” al que le intuyes el final, sin sorpresas.

Yo también tengo mi ritmo, mi compás, mis semicorcheas y mis silencios sincopados.

Soy como ese violín con las cuerdas tan tensas que, al menor movimiento del arco, van a romperse.

No sé porque tengo tanto frío y me siento tan triste. O si. La calma después de la tormenta. Una descarga de adrenalina que te deja hecha unos zorros.

Es difícil bajar la guardia. Se necesita una sobredosis de confianza. Piensas que puede ser letal. Y te proteges tras esos muros que tan a resguardo te tienen.

No te implicas. El humor sirve de coraza. Mantienes la distancia. Y huyes si algo escapa a tu control.

La clave es mi dios.