Come on and cry me a river...
No sé explicar el porqué, pero esta canción siempre me recordará a “él”. Y durante estos días no ha dejado de sonar en mi mente. Quizá porque en “V for Vendetta” aparece la versión de Julie London, mucho más jazz que la de Ella Fitzgerald, o porque, como Ivy, no es un ideal lo que yo echo de menos, sino a un hombre y no a ese hombre concreto, sino al que represente esos ideales.
Hablo de bailar a la luz de las velas; de una tarde lluviosa mirando el mar mientras te abrazan por la espalda, de complicidad, de silencios y sonrisas compartidos, recitar poesías al oído, de transgredir momentos.
Y lo digo así, en voz baja, para que no lo escuche el viento.
Vivo en la espiral del tiempo, donde todo se sumerge y emerge de nuevo. Soy la utopía de los sueños, el paraíso perdido donde caen los deseos sin realizar.
Hay un rostro bajo esta máscara pero no soy yo. Ese rostro no me representa más que los músculos y los huesos que hay debajo. V
Puedo ponerme mil disfraces, mil máscaras, mil nombres, fingir o huir; olvidar el pasado, cambiar el presente y reinventar el futuro. Por encima de todo ello, los ideales siguen formando parte de mí, están dentro, inamovibles; eso es lo que tienes que buscar.
Can you understand me?