Las tareas rutinarias como lijar marcos de puerta fomentan malos pensamientos. Me explico: al no necesitar concentración excesiva puedes dedicarte a pensar mucho. Y lo que se me pasa por la mente mientras respiro exhorbitantes cantidades de polvo no es muy positivo, no. Espero que algunos sepan rezar o, en su defecto, ya pueden aprender a hacerlo. Para qué? La respuesta es sencilla: para que cuando ellos decidan o necesiten cambiar de casa se lo den todo hecho, porque van a tener la misma ayuda por mi parte que la que me están proporcionando a mi. O sea, más bien poca. Se le llama correspondencia. Uis, es verdad, que no se puede obligar a nadie y además, qué desconsideración por mi parte, mudarme cuando todo el mundo está de vacaciones o tienen jornada intensiva y claro, cómo se me ocurre pedirles que inviertan su precioso tiempo en trabajar en lugar de contemplar las musarañas! Si es que, vaya ideas descabelladas tengo a veces... El problema está en no tener el dinero suficiente para pagar a profesionales y poder mandar a todo cristo a tomar por culo. Por supuesto, es imposible que se pongan en tu lugar y se hagan eco de la histeria que estás sintiendo porque ves que no vas a tener la casa lista; eso solo lo sabe el que ha vivido algo semejante. También puedes esperar que tus caseros te perdonen el alquiler durante todos los meses que duren las obras a tu ritmo, solo que creo que no va así la cosa. Cierto es que todo es más llevadero si tienes pareja. Si no la tienes (como es mi caso) te toca joderte y esperar que almas caritativas te presten su apoyo. El moral no me sirve, lo siento. Ahora mismo lo que necesito son manos y no ánimos. Pues eso, que para las ocasiones en que me necesiten me va a ser completamente imposible acudir porque la laca de mis uñas requerirá 24 horas de secado, o me habré apuntado a un campeonato de mus o, vaya por dios! no sabes que irme de compras al mercadillo es primordial?
Ahora que ya he descargado me siento mejor.